Para hablar de imaginarios y representaciones LGTBIQ en los medios y otros aspectos de la imagen, hemos invitado a Pol Galofre, activista y sonidista especializado en cine documental, vinculado a la lucha trans y feminista de Barcelona. Su proyecto Cultura Trans busca promover nuevos referentes y discursos que transforman el imaginario colectivo sobre lo trans. El Polo ha co-editado el libro
Políticas Trans- Una Antología de Textos desde los Estudios Trans
y colabora habitualmente con
La Bonne
, Centro de Cultura de Mujeres Francesca Bonnemaison.

e.P.- EN UNA ENTREVISTA COMENTABAS QUE «VIVIMOS EN UN MUNDO MUY VISUAL». ENTRÉ QUE NO SÓLO POR LAS IMÁGENES QUE NOS EXPLICAN EL MUNDO, SI NO TAMBIÉN POR AQUELLAS QUE BUSCAN ESTANDARIZAR NUESTROS ROLES. ¿CUÁLES SON ESTOS ESTEREOTIPOS EN TORNO A LA CONSTRUCCIÓN HOMBRE-MUJER QUE NOS IMPIDEN ENTENDER QUE EL GÉNERO ES UN TEMA MÁS COMPLEJO QUE VA MÁS ALLÁ DEL SEXO BIOLÓGICO?

PG.- No sé si sólo se trata de imágenes que intentan estandarizar nuestros roles, sino que quizás formemos parte de un sistema que se retroalimenta. Es como un pez que se muerde la cola: los productos que consumimos están dirigidos a hombres o a mujeres, no porque el mundo esté dividido en dos y tengamos gustos o necesidades opuestas – creo que con un poco de visión global es obvio que los gustos son totalmente temporales y culturales – sino porque nos han enseñado a tenerlos así.

Eso lo vemos desde los juguetes para niños, pasando por las maquinillas de afeitar rosas o azules en lugar de amarillas, naranjas o verdes, hasta diferentes modelos de coches. Hay coches pensados «para mujeres» y coches pensados «para hombres». Normalmente los primeros acostumbran a ser más pequeños y manejables y los segundos grandes, rápidos y con mucha potencia, que no deja de ser otra manera de explicar y reafirmar que las mujeres ocupan menos espacio en la sociedad que los hombres.

Algunas cosas ya están cambiando, porque los discursos sobre la construcción social del género interesan hoy en día a un porcentaje más alto de población, lo que se traduce, por ejemplo, en que muchas marcas de ropa tengan colecciones «unisex». Yo no sé hasta qué punto estas colecciones no son una trampa de este sistema tan bien montado que tenemos y que se autorregula perfectamente. Muchas de estas prendas responden a una noción de lo andrógeno que hace referencia a la masculinidad. Echo en falta colecciones unisex con faldas, vestidos, escote o prendas híbridas.

Todo esto puede parecer superfluo, en el fondo solo hablamos de productos de consumo, pero si es un aspecto que tenemos tan absolutamente marcado, entiendo que para mucha gente pueda ser difícil pensar que hay algo más. No sólo me refiero a expresiones o identidades de género que salen del binomio hombre-mujer, sino directamente pensar que pueda haber otras maneras de ser mujer u hombre.

eP.- CONTINUAMOS HABLANDO DE IMÁGENES. CUÁLES SON LOS ESTEREOTIPOS QUE EXISTEN SOBRE LAS DIFERENTES IDENTIDADES QUE CONFORMAN EL COLEGIO ¿LECTIVO LGTBIQ?

P.G.- Creo que es fascinante la historia reciente de las vivencias LGTBIQ y cómo ha cambiado su representación en los medios de Europa y los Estados Unidos. Es fascinante porque primero vivimos un cambio de paradigma en lo que lo gay pasó de la marginalidad más absoluta en los años 70 a ser una orientación sexual aparentemente aceptada. Lo vemos reflejado en series de prime-time como Modern Family, en la que una de las partes de la familia es una pareja de hombres homosexuales con una hija adoptada. Lo mismo le está pasando a la transexualidad, que parece que ahora ha captado el interés de muchos canales y productoras. No es un hecho aislado, creo que a nivel global el interés por temas de género y relacionados con el feminismo se está expandiendo, y la experiencia trans es muy interesante dentro de este contexto.

Lo que encuentro más interesante de estos dos procesos de centralización de experiencias antes marginadas es pensar qué experiencias de la homosexualidad se han quedado fuera de nuevo y qué experiencias dentro de la transexualidad. se quedan fuera ahora mismo. Para evidenciarlo, es interesante hacerse algunas preguntas: ¿Cómo es que la imagen de la homosexualidad sigue siendo la de dos hombres y no la de dos mujeres? ¿Por qué, curiosamente, en este caso vuelven a estar los hombres sobre-representados? ¿Qué tipo de hombre gay está representada? ¿Cuánta pluma tiene? ¿Cómo es su masculinidad? ¿Cómo es su expresión de género? Las personas trans que vemos en los medios, ¿qué tipo de relatos tienen? ¿Son todos parecidos? ¿Qué tipo de hombres y de mujeres son? ¿Hay alguna de estas representaciones de gente que no se identifique como hombre o mujer? ¿Qué tipos de procesos hacen?

Queda claro que en este proceso de asimilación hemos olvidado a mucha gente por el camino. Los
maricas
, las marimachos, las bolleras que deciden tener criaturas con su amigo
marica
y criarlos juntas, las
locas
, las crip, las negras, las personas no-binarias, las personas trans visibles que no quieren o no pueden encajar en la idea de «mujer o de hombre» de la sociedad. Les putas, Els
sudakas
, las del islam queer… En definitiva: aquellas que molestan siguen estando fuera.

eP.- DICES QUE «LO QUE TENEMOS QUE HACER ES GENERAR POCO A POCO (…) AQUELLOS IMAGINARIOS, PARA QUE NUESTRA CULTURA MUTE PROGRESIVAMENTE HASTA QUE HAYA ESPACIO PARA ELLOS». HABLAMOS DE CASOS EN ESPAÑA Y CATALUÑA COMO MERLÍ, ORGIINAL DE TV3, DOBLADA AL CASTELLANO POR LA SEXTA Y QUE AHORA TAMBIÉN SE EMITE EN NETFLIX. SE DIJO EN SU MOMENTO QUE EN BRUNO (PROTAGONISTA) SE CARGÓ LA «HETERONORMATIVIDAD» DE LA SERIE. ¿QUÉ PIENSAS? ¿ES EL CASO MÁS REPRESENTATIVO DEL PANORAMA ESPAÑOL? ¿CONOCES ALGÚN OTRO CASO?

PG.- Sí, lo que tenemos que hacer es retomar este espacio para ampliar el marco de posibilidades de existencia. Concretamente Merlí no creo que esté haciendo este trabajo. La serie ha sido ampliamente criticada por el feminismo catalán, hecho que han ignorado guionistas y productores. Los personajes femeninos siguen sin tener prácticamente ningún arco argumental más que para acompañar a los chicos protagonistas. En dos temporadas de la serie, no han hablado en clase de ninguna filósofa o pensadora mujer. Ninguno. Ni Beauvoir, ni Haraway, ni Anzaldúa, ni Davis… Un día decidieron hacer un capítulo sobre transexualidad (siguiendo el filón de Transparent) y hablaron de Judith Butler.

El machismo en
Merlín
es sutil porque para quien no tiene el ojo puesto, pasa desapercibido. Es sutil porque hablan de sexualidad y homosexualidad abiertamente, pero es flagrante en el trato que dan a las mujeres. Quizás lo más preocupante de Merlí es que lo siga tanta gente y nadie se haya escandalizado. Igual que no nos escandalizamos cuando el cartel de 500 artistas del Viñarock sólo 3 sean mujeres. El machismo está presente en todas partes y sin desmontar el machismo no podemos desmontar ninguna heteronorma, ya que forman parte del mismo.

eP.- QUIZÁS LAS SERIES ESTÁN CONSIGUIENDO ACERCARSE A LAS SENSIBILIDADES DE UN PÚBLICO CADA VEZ MÁS EXIGENTE. QUIZÁS EN LA TELEVISIÓN DE PAGO Y EN LOS MEDIOS ALTERNATIVOS SE HA CREADO UN ESPECTRO MÁS AMPLIO DE REPRESENTACIONES LGTB CON SERIES COMO TRANSPARENTE, PERO TAMBIÉN CON OTRAS COMO ORANGE IS THE NEW BLACK O SENSE8. ¿CÓMO SON LAS HISTORIAS Y LOS PERSONAJES QUE CONFORMAN ESTAS NUEVAS REPRESENTACIONES? ¿EN QUÉ HAN MEJORADO ESTAS FICCIONES?

PG.- Las tres series que comentas han supuesto un cambio radical en la representación de lo trans en el mundo audiovisual. Hasta ahora normalmente las personas trans aparecen en series y películas para engañar a los hombres, para ser asesinas en serie o para mostrar una y otra vez que en realidad ese exterior femenino que se ponen no es más que una máscara que siempre acaba cayendo.

Lo que diferencia a
Sense8
,
Orange
y
Transparent
es que las personas trans reales aparecen en la pantalla y también detrás.
Transparente
está basado en la historia real de su creadora. Entre los actores y actrices hay muchísimos que son el equipo de guionistas cuenta con personas trans con asesores trans, hay directores de capítulos trans, etc. Sin ella

la dirigen las hermanas Wachowski y el personaje trans (representado por una actriz trans) va mucho más allá de ser trans, no es la única característica. A Orange el personaje de Sofía fue todo un cambio, aunque su historia siga girando completamente en torno al tráfico. Fue el descubrimiento de la mera Laverne Cox, que de hecho aparece en
Doubt
, una nueva serie, interpretando a un personaje que en principio no estaba pensado que fuera trans.

Estos personajes han conseguido romper con los arquetipos que siempre requerían sobre las personas trans. Tener gente trans permeando todas las capas de la producción ha llenado sus personajes trans de matices, de contradicciones, de realidad.

eP.- EN ALGUNA OCASIÓN HAS DICHO QUE «LO TRANS NO DEJA DE SER UNA FORMA MUY VISIBLE DE MODIFICACIONES CORPORALES» NADA DIFERENTE DE LO QUE HACEN HOMBRES Y MUJERES CON LA CIRUGÍA ESTÉTICA, O LOS DEPORTISTAS QUE TOMAN HORMONAS DE CRECIMIENTO Y TANTAS OTRAS TRANSFORMACIONES A LAS QUE NOS SOMETEMOS LAS PERSONAS PARA CAMBIAR DE ASPECTO. ¿CÓMO AFRONTA EL DISCURSO MEDIÁTICO ESTAS CUESTIONES RESPECTO AL TEMA DE LOS DISPOSITIVOS MÉDICOS Y FARMACÉUTICOS DE PERSONAS TRANS? ¿SE INCLUYEN ESTOS CONFLICTOS DENTRO DE LAS NARRATIVAS?

La forma que tenemos de entender los procesos trans de hoy en día es una invención de la medicina moderna y de la capacidad de ésta de modificar los cuerpos. Modificarlos completamente, porque en esta nueva forma de entender los procesos trans, el concepto del «cuerpo equivocado» es central y responde a las presiones de género que recibe absolutamente todo el mundo, no sólo las personas trans. El sistema nos explica que los hombres deben ser de una manera y las mujeres de otra. Las personas trans que buscan confirmar estos modelos son más visibles porque tienen un recorrido más largo, pero en esta lucha estamos todas.

Hoy en día, en muchísimos casos, cuando una persona transita, no lo hace sólo para cambiar su género, sino que aprovecha para convertirse en una mejor versión de sí misma. Un ejemplo muy visible es Caitlyn Jenner, que no sólo transitó a mujer, sino que se arregló el cuerpo entero para transitar 20 años atrás. Otro ejemplo de ello son los «packs de operaciones» que ofrecen muchos cirujanos. Te hacen una mastectomía y de pasada te añadimos unos pectorales para que parezca que vas al gimnasio. O te añaden una liposucción, o unos buenos abdominales. Además del número desproporcionado de operaciones que se ofrecen para las mujeres trans, en relación a los hombres trans. Porque ser hombre y mujer ya no es sólo eso, es responder a todas las presiones que se ejercen sobre los conceptos «hombre y mujer». Caitlyn Jenner sacó 20 años de encima. Normalmente las mujeres lo hacen paulatinamente y Jenner lo hizo todo en 6 meses.

El objetivo colectivo inconsciente de todo esto es el de, a largo plazo, pasar desapercibidos y no ser nunca reconocidos como trans, tener los mejores tratamientos médicos para quien nunca nadie se dé cuenta y ser simplemente hombres y mujeres
,
nada más. Y yo me vuelvo a preguntar: ¿qué está pasando con la gente que habita en los márgenes? ¿Y todas aquellas personas que no se identifican ni como hombres ni como mujeres? ¿Estamos abriendo camino o estamos limitando posibilidades corporales? Por qué continuamos alimentando el relato del cuerpo equivocado en lugar de intentar ampliar las posibilidades de cuerpos habitables? ¿Por qué no alimentamos el orgullo de ser trans y tener cuerpos trans para que con el tiempo ser reconocida como persona trans en la calle sea un motivo de orgullo y no de miedo?

Pol Galofre
@Polgos

Entrevista: Ana Cecilia Cervantes