Por: Alfredo Cohen

Comunicar es poner en común. Comunicar no tiene que ver con inocular, vender, proponer, o presentar ideas a otras personas. Comunicar en serio, comunicar de verdad, es mucho más simple y a la vez más complejo que la relación emisor – receptor y mensaje que alguna vez nos enseñaron en la escuela. La comunicación en la que creemos en elParlante es “una función esencial e inherente de la naturaleza humana, que va mucho más allá de los medios masivos de información y que incluye procesos horizontales y participativos mediante los cuales dos o más seres humanos comparten experiencias, intereses y sentimientos de modo presencial o a distancia, ayudados por la tecnología.” (Kaplún, 1998)

Así, el tipo comunicación que intentamos poner en práctica en nuestros proyectos es esa que es construcción y circulación de sentidos, una categoría polisémica que incluye distintas acepciones de las ciencias sociales y que en contextos culturalmente heterogéneos como el catalán, tiene que ver con la educación, la autoestima, la conciencia crítica, las normas sociales, la acción colectiva, la participación en la sociedad de la información, pero también en la vida cotidiana y su cohesión social. Así, buscamos que nuestras iniciativas estén inspiradas en la acción comunicativa de Habermas con la que se refiere a “la interacción de al menos dos sujetos capaces de lenguaje y de acción que (ya sea con medios verbales o con medios extraverbales) entablan una relación interpersonal” (Habermas, 124: 1987)

Lo que buscan los proyectos de sensibilización, de creación colectiva, así como las socializaciones, formaciones o investigaciones que hacemos, es ir mucho más allá de los aparatos, de la tecnología en sí misma o de la transmisión de información masiva. Hemos entendido desde el principio, que los procesos comunicativos son una dimensión de procesos socioculturales, por esto lo que nos interesa  interesa es la gente y sus discusiones, sus sensibilidades, su capacidad para deliberar. Nos interesan las personas de las escuelas, las de los barrios, las calles y las instituciones. Y entonces, si la comunicación es poner en común, entendemos que hay algo anterior que se comparte, algo previo de lo que se puede participar, en lo que se puede colaborar.

Así, queremos terminar este post compartiendo dos procesos de co-creación que realizamos en dos escenarios muy distintos: el barrio de El Raval en Barcelona y el municipio de Sabanalarga en el Caribe colombiano. Ambas experiencias comparten metodología de trabajo y a pesar de la diferencia de los contextos, los resultados terminan siendo similares: la generación de espacios abiertos a la interacción positiva y el empoderamiento de jóvenes para informarse, expresarse y debatir sobre temas que les afectan.

Proceso detrás de cámaras del proyecto Ravalead@s TV

Proceso detrás de cámara del proyecto Yamaró